No habiendo mas remedio me obstino a seguir el juego, los pajaritos cantan y me alegro de haber sido sincero y me enorgullezco de este sentimiento y no temiendo al infierno reflexiono en un particular recuerdo aquel en el que se completa el cuadro de una unión mas allá de la concepción de la imaginación con un código inscrito se escribe en tinta acuosa y el carmín que se graba como un tatuaje en el pensamiento.