Si la Musa que altiva me inspira
Nunca supo adular a tiranos,
De la lira que tiembla en mis manos
Hoy preside a la noble canción.
De un ilustre infortunio pretendo
Mitigar la gloriosa amargura:
De amistad opondré la voz pura
Al rugir de tirana facción.
¡Caro Albano! Mi pecho afligido
El adiós te dirige postrero:
Del cariño más firme y sincero
Es mi canto la prenda final.
Pero no: si la Patria te mira
Por injusto poder abrumado,
Noble esquife, en la playa barado,
Volverás con el flujo a flotar.
En la guerra civil nos ha sido
La gran causa común, y la suerte,
Y los hierros, la lid y la muerte
Arrostramos con cívico ardor.
¡Libertad la terrible metralla
Aumentaba con rotas cadenas!...
¡Horas arduas, ardientes, y llenas
De peligros y ciego furor!
De ese pueblo ignorante y opreso
Aliviar la miseria quisiste,
Y a su causa infeliz ofreciste
Tu elocuencia, tu genio y valor.
¡Ay! ¡en vano! Tus nobles afanes
Burla ya la feroz tiranía:
Al destierro sañudo te envía,
Y alevosa mancilla tu honor.
¡Parte, parte! Del Norte en los climas
Libertad un asilo te ofrece:
En su seno divino merece
Ocultarse tu noble revés.
De igualdad bajo el manto tranquilo
Allí reina la paz en los pechos,
Y del hombre los santos derechos
Sólo a Dios reconocen por juez.
Parte, Albano, a sus playas felices,
Y conserva con alta esperanza
A la Patria, que débil te lanza,
Tu elocuencia y tu fiel corazón.
Siempre fueron los pueblos ingratos
Cuando ensayan las duras cadenas,
Y frenéticas Roma y Atenas
Inmolaron a Bruto y Foción.