De El justo tiempo humano, 1962
#Cubanos #SigloXX #ElJustoTiempoHumano
Hace tiempo te había prometido muc… poemas de amor y –ya ves– no podía… Tú estabas junto a mí y es imposible escribir sobre lo q… Lo que se tiene siempre es poesía.
Cuando alguien muere, alguien (ese enemigo) muere de frente al plomo que lo mata, ¿qué recuerdos, qué mundo amargo, nuestro, se aniq…
Que siempre exista tu cabeza a poca altura de la mía Una ciudad soltando pájaros bodas en fin
Siempre, más allá de tus hombros v… Chispea bajo los temporales. Es un pedazo de madera podrida, un… que alguien menea como a contracor… El mundo que nuestros cuerpos
Impulsado por la muchedumbre o por alguna súbita locura; vestid… de nosotros, con una tela a rayas (ya demasiado pálida); la cara lar… que no podría describir
Sea la muerte de capa negra y su aureola de un amarillo intens… y tenga las costumbres que a ella… pero el amor que sea como se practica en los trópicos:
El amor, la tristeza, la guerra abren su puerta cada día, brincan sobre su cama y él no les dice nada. Cogen su perro y lo degüellan, lo…
Cuando yo era un poeta que me pase… por las calles del Kremlin, culto en los más oscuros crímenes… Ala y Katiushka preferían acariciarme la cabeza,
Ahí está nuevamente la miserable h… mirándote con los ojos del perro, lanzándote contra las nuevas fecha… y los nombres. ¡Levántate, miedoso,
Para seguir la música en las líneas de fuego, ensayé tantos ritmos torpes y olvidados. Para aumentar la marcha
El hombre que devora los periódico… no está en un circo como los trape… candela. Si hace un poco de sol se le puede… parques nevados o entrando en el M…
Hablar únicamente del nombre de un… o de la intervención sencilla de la tierra y del agua y del sol… pero mucho después de haber andado por la margen izquierda del río Al…
En una de estas tardes me pondré guantes blancos, frac negro, sombrero; iré a la calle Behren,
Mi absurda persuasión abriéndole c… pero la poesía no entra. Ella no elije noches para entrar.… dominio impone –como afirman– de n… A cualquier hora el mundo la despl…
¿A quién doy realidad cuando bajo de noche la escalera y veo al impasible caballero —con su ojo gris de estaño— esperando, acechando?