Por el camino de la mar
vino el pirata,
mensajero del Espíritu Malo,
con su cara de un solo mirar
y con su monótona pata
de palo.
Por el camino de la mar.
Hay que aprender a recordar
lo que las nubes no pueden olvidar.
Por el camino de la mar,
con el jazmín y con el toro,
y con la harina y con el hierro,
el negro para fabricar
el oro;
para llorar en su destierro
por el camino de la mar.
¿Cómo vais a olvidar
lo que las nubes aún pueden recordar?
Por el camino de la mar,
el pergamino de la ley,
la vara para malmedir,
y el látigo de castigar,
y la sífilis del virrey,
y la muerte, para dormir
sin despertar,
por el camino de la mar.
¡Duro recuerdo recordar
lo que las nubes no pueden olvidar
por el camino de la mar!