Juguemos al gran juego de volar
en esta silla: el mundo es un relámpago.
Entro en Pekín, y caigo de cabeza en el Támesis.
Duermo en la tumba etrusca de Tarqüinia.
Me troncho el pie en Caracas si te busco en París
y despierto en un muelle de Nueva York sangrando.
Pero me sale a abrir la muchacha bellísima
de Praga, cuando el viento me arrebata en Venecia.
Arcángeles y sputniks saltan el frenesí
y me estallan los sesos. Déjame en Buenos Aires.
Todo y todo es en México lo que empieza en Moscú
y en la rueda, de un trago, llego a Valparaíso.