Que surjan nuestros lamentos y, por qué no, algún quejido ante el “gobierno” fallido crecieron los linchamientos por supuesto todos cruentos;

No, no fue un incidente lo del metro en línea doce la impunidad se descose, tampoco fue un accidente la voz justa, legalmente,

Para escribir hay motivos, López incumple promesas insulsas, crueles, aviesas ya hasta perdió los estribos, dijo que hallaría vivos

Soy una ardilla de alma sencilla de Amecameca que nunca peca. De ojos brillantes

El lago está moribundo, sin embargo, en lo profundo de su más sangrante entraña, cual lagrimal que se empaña. Brotan los ojitos de agua,

Quiero contarles el cuento de la pequeña mujer que ya no quiso crecer, lo digo con sentimiento es como un triste lamento,

Con un par de embajadores de dos vecinas naciones ha pausado relaciones, a respetables Señores les transmitió unos rencores

El metro de la ciudad recorre la oscuridad, pobre del chilango usuario mal servicio sufre a diario. No sirven las escaleras

Que se ande con más sigilo con cuidado, precaución, la prensa de la nación la crítica que está en vilo; tuvo que pedir asilo