¡Qué bosque –cómo oprime– tan oscuro!
Ganas de sacudir los árboles
Para que caiga aquella luz
Que se quedó enredada
Entre las ramas últimas.
—Ella se quedaría, esclava,
Trémula entre los dedos de Josué
Detrás del horizonte, sin remedio—.
¡Luz de ayer, luz de ayer,
Lluévete, vertical, a mi memorial
¡Rompe las rejas de los troncos,
Horizontal luz de mañana!