Aquí, sí, pulcritud de pulcritudes… perfil al vuelo afin, nivel de ard… estás, oh mariposa que divides cielos de nieve y rosas de laúdes. Oh cuán lírica maga de altitudes

Escarcha tuya brasa de pronto siento que me ha besado

Cielo, pino, agua, Dios. Cuatro

Cicatriz de los hálitos; censura como trémulo párpado; un rocío del insomnio esculpido, tu cintura de diminutas flores albedrío. Es, tu cintura, tálamo de un río

Me han traído unas lilas... ...son blancas... y dan tan hondo… ...me llevan hasta mi mujer ya mue… ...las plantamos los dos juntos al… ...del jardín.

Resbalando por esta sima umbrosa, yendo sin freno el pie tras la mir… la mano tanteando en piedra helada… y presa la mirada en lumbre hermos… por esta sima voy. ¿Qué luz undosa

No me busques en los montes por altos que sean, ni me busques en el mar por grande que te parezca. Búscame aquí, en esta tierra

María, a nuestro lado, ¿qué rugía? Luz de octubre encendía la mañana. Mas luz de primavera en ti dormía, y luz en mí, de primavera humana. El Parque del Oeste en guerra ard…

Así, prendido de la espesa rama como a nuevo Absalón me viste atad… Oh espesa rama que me tiene alzado a un viento vivo que ternuras bram… Oh viento! ¡Oh toro! ¡Oh llanto!…

El soneto es tan ágil como un brin… nadadora de noches perfumadas; aquí, tu voz, tu risa, tus miradas… esta rama de amor tejen espesa. Desde el pálido gris a la frambues…

Y la vida, la vida es un instante mas cual millones de mayos perdura… cae pronto y se levanta pronto. No es un olvido. Quien ve amanecer ve lo bastante;

No sé de dónde venía, ni nada me sostenía. En sólo huir me entendía. ¿De un orto que no era un orto, yo

Esta vejez reposa sobre un aire de luna. mónde huyeron los soles? Apenas si se ve, andas, ¿tropezarás?

El pañuelo; te hallabas en un fond… donde el trajín y un ruido de biel… y corales, delfines, algas y azucenas, acacias, te incorporaban… No, adiós no le decías

Viene del paraíso un pájaro sin cuerpo llora vaho vive cilicio