Idilio
Que cálido se siente cuando se escribe libremente y tus ideas fluyen como las nubes en el cielo. Que majestuoso es poder crear diferentes versos y apreciar los colores que nos regala el firmamento. Que ingenioso aquel que con un papel y un plumero crea los mejores textos, como aquel que anhela ver el alba mientras tiene a su amada y en el ocaso agarrados de la mano le susurra un te amo.
Bendito sea el creador que nos dio el arte para ser apreciado, reflexionado, y liberado para generar catarsis en el alma y romper las cadenas que te atan.
No encuentro una mayor diferencia entre apreciar una poesía o un atardecer, ambas calman las lagunas mentales de las tempestades que las ideas causan torrentes de películas inexistentes rompiendo en pedazos cada uno de nuestros ideales.
Benditos aquellos que aprecian cada detalle y muestran un buen gesto. Gocen, disfruten y vivan de lo bueno porque el tiempo que pasa no es eterno.
Hay ser conscientes de lo que hoy es existente, y el mañana es un anhelo del que muchos no llegan a tenerlo, el tiempo pasa como un suspiro, y por eso hoy te digo amor mío, hagamos de la noche una eternidad, y el ver sol posar en nuestra ventana una nueva oportunidad.
La vida a tu lado no se siente tan extraño, y aunque no vivamos una eterna primavera, me conformo con pasar las estaciones, conociendo cada rincón de tu piel, cada idea que pasa por su cabeza, y conocer el sonido que produce sus latidos.
El arcoíris recupero su color, el viento hoy sopla a mi favor, marineros eleven anclas, que, en el mar del amor, quiero recorrer sus aguas hasta llegar al tesoro anhelado por la humanidad.
En la poca esperanza que pongo en la sociedad, creo que el amor es lo que genera el punto y aparte, entre lo bueno y lo malo, entre la luz y la oscuridad, entre lo cálido y lo gélido. Pero a veces, solo a veces dependemos de un salto de fe, que, sin saber lo que vaya a suceder, disfrutar del proceso es lo que nos mantiene cuerdos y disfrutar de los recuerdos.
