Lámparas de cristal y espejos verdes. Sobre el tablado oscuro, la Parrala sostiene una conversación

El campo de olivos se abre y se cierra como un abanico. Sobre el olivar

Si muero, dejad el balcón abierto. El niño come naranjas. (Desde mi balcón lo veo). El segador siega el trigo.

Ni tú ni yo estamos en disposición de encontrarnos. Tú... por lo que ya sabes. ¡Yo la he querido tanto!

Cantan las siete doncellas. (Sobre el cielo un arco de ejemplos de ocaso.) Alma con siete voces

Mi sombra va silenciosa por el agua de la acecia. Por mi sombra están las ranas privadas de las estrellas. La sombra manda a mi cuerpo

La rosa no buscaba la aurora: Casi eterna en su ramo buscaba otra cosa. La rosa

Yo me alivié a un pino verde por ver si la divisaba, y sólo divisé el polvo del coche que la llevaba. Anda jaleo, jaleo:

Por el East River y el Bronx los muchachos cantan enseñando sus… con la rueda, el aceite, el cuero… Noventa mil mineros sacaban la pla… y los niños dibujaban escaleras y…

Entre italiano y flamenco, ¿cómo cantaría aquel Silverio? La densa miel de Italia

En el café de Chinitas dijo Paquiro a su hermano: «Soy más valiente que tú, más torero y más gitano». En el café de Chinitas