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La muerte entra y sale de la taberna. Pasan caballos negros y gente siniestra
Sí, tu niñez ya fábula de fuentes. El tren y la mujer que llena el ci… Tu soledad esquiva en los hoteles y tu máscara pura de otro signo. Es la niñez del mar y tu silencio
La aurora de Nueva York tiene cuatro columnas de cieno y un huracán de negras palomas que chapotean las aguas podridas. La aurora de Nueva York gime
Agua, ¿dónde vas? Riyendo voy por el río a las orillas del mar. Mar, ¿adónde vas? Río arriba voy buscando
Verde rumor intacto. La higuera me tiende sus brazos. Como una pantera, su sombra, acecha mi lírica sombra. La luna cuenta los perros.
La mano crispada como una Medusa ciega el ojo doliente del candil. As de bastos.
Lámparas de cristal y espejos verdes. Sobre el tablado oscuro, la Parrala sostiene una conversación
Vi en tus ojos dos arbolitos locos. De brisa, de brisa y de oro. Se meneaban. No quise.
En el soto, los alamillos bailan uno con otro. Y el arbolé, con sus cuatro hojitas,
Chove en Santiago meu doce amor. Camelia branca do ar brila entebrecida ô sol. Chove en Santiago
Flor de jazmín y toro degollado. Pavimento infinito. Mapa. Sala.… La niña finge un toro de jazmines y el toro es un sangriento crepúsc… Si el cielo fuera un niño pequeñit…
Hoy siento en el corazón un vago temblor de estrellas, pero mi senda se pierde en el alma de la niebla. La luz me troncha las alas
La noche quieta siempre. El día va y viene. La noche muerta y alta. El día con un ala. La noche sobre espejos
En lo alto de aquel monte hay un arbolillo verde. Pastor que vas, pastor que vienes. Olivares soñolientos
Rosa futura y vena contenida, amatista de ayer y brisa de ahora… ¡quiero olvidarlas! Hombre y pez en sus medios, bajo c… esperando en el alga o en la silla…