La primera vez no te conocí. La segunda, sí. Dime si el aire te lo dice.

Sólo tu corazón caliente, Y nada más. Mi paraíso, un campo Sin ruiseñor Ni liras,

Arbolé, arbolé seco y verdé. La niña del bello rostro está cogiendo aceituna. El viento, galán de torres,

Cuatro granados tiene tu huerto. (Toma mi corazón nuevo.) Cuatro cipreses

En la noche del huerto, seis gitanas, vestidas de blanco bailan. En la noche del huerto,

La Tarara, sí; la tarara, no; la Tarara, niña, que la he visto yo. Lleva la Tarara

Salen los niños alegres De la escuela, Poniendo en el aire tibio Del abril, canciones tiernas. ¡Que alegría tiene el hondo

La luna pudo detenerse al fin por… Un rayo de luz violenta que se esc… proyectó en el cielo el instante d… La sangre bajaba por el monte y lo… pero los cálices eran de viento y…

¡Viva Sevilla! Llevan las sevillanas en la mantilla un letrero que dice: ¡Viva Sevilla!

Leonardo: ¡Calla! Novia: Desde aquí yo me iré sola. ¡Vete! ¡Quiero que te vuelvas! Leonardo:

La Carmen está bailando por las calles de Sevilla. Tiene blancos los cabellos y brillantes las pupilas. ¡Niñas,

Silencio de cal y mirto. Malvas en las hierbas finas. La monja borda alhelíes sobre una tela pajiza. Vuelan en la araña gris,