En lo alto de aquel monte hay un arbolillo verde. Pastor que vas, pastor que vienes. Olivares soñolientos

Los mozos de Monleón se fueron a arar temprano, ay, ay, para ir a la corrida, y remudar con despacio,

¡Mi soledad sin descanso! Ojos chicos de mi cuerpo y grandes de mi caballo, no se cierran por la noche ni miran al otro lado,

El remanso del aire bajo la rama del eco. El remanso del agua bajo fronda de luceros. El remanso de tu boca

¿Qué es aquello que reluce por los altos corredores? Cierra la puerta, hijo mío, acaban de dar las once. En mis ojos, sin querer,

¡Ay, petenera gitana! ¡Yayay petenera! Tu entierro no tuvo niñas buenas. Niñas que le dan a Cristo muerto

¿Estaba mi Lucía con los pies en… Tres álamos inmensos y una estrella. El silencio mordido por las ranas, semeja

El canto quiere ser luz. En lo oscuro el canto tiene hilos de fósforo y luna. La luz no sabe qué quiere. En sus límites de ópalo,

Ya te vemos dormida. Tu barca es de madera por la orill… Blanca princesa de nunca. ¡Duerme por la noche oscura! Cuerpo y tierra de nieve.