Un bello niño de junco, anchos hombros, fino talle, piel de nocturna manzana, boca triste y ojos grandes, nervio de plata caliente,

Tres moricas me enamoran en Jaén: Axa y Fátima y Marién. Tres moricas tan garridas iban a coger olivas,

Voces de muerte sonaron cerca del Guadalquivir. Voces antiguas que cercan voz de clavel varonil. Les clavó sobre las botas

Las manos de mi cariño te están bordando una capa con agremán de alhelíes y con esclavina de agua. Cuando fuiste novio mío,

Lámparas de cristal y espejos verdes. Sobre el tablado oscuro, la Parrala sostiene una conversación

Enrique, Emilio, Lorenzo. Estaban los tres helados: Enrique por el mundo de las camas;

Me he perdido muchas veces por el… con el oído lleno de flores recién… Con la lengua llena de amor y de a… muchas veces me he perdido por el… como me pierdo en el corazón de al…

Yo me alivié a un pino verde por ver si la divisaba, y sólo divisé el polvo del coche que la llevaba. Anda jaleo, jaleo:

Se quedaron solos: aguardaban la velocidad de las últ… Se quedaron solas: esperaban la muerte de un niño en… Se quedaron solos y solas

Lo llevan puesto en mi sábana mis adelfas y mi palma. Día veintisiete de agosto con un cuchillito de oro. La cruz. ¡Y vamos andando!

Cuando sale la luna se pierden las campanas y aparecen las sendas impenetrables. Cuando sale la luna,

Sólo tu corazón caliente, Y nada más. Mi paraíso, un campo Sin ruiseñor Ni liras,