Me queda tu presencia,
ausencia.
Me queda tu recuerdo grabado en la memoria.
La sonrisa plasmada en las memorias de mis ojos.
Figura tu silueta en la luz de mi mirar.
Tu tacto aún es braille para mi cuerpo tangible.
Me quedan tus diminutas manos
marcadas en mis palmas.
Las canciones compartidas que al escucharlas hacen de mi melomanía
una agonía.
Porque has dejado un desorden en mi,
al ordenarlo inevitablemente encuentro lo que he intentado enterrar.
Me queda tu recuerdo
que algún día creí era amor.