Que me cierren los ojos con uvas!
(Diáfana, honda plenitud de curvas.)
Que me envuelva un incendio de manzanas
y un claro rumor de dátil y azúcar!
Que me envuelvan –presagio de pulpa
en ciruelas de tacto perfumado...
Inundadme
en pleamar de pétalos y trinos.
Que me ciñan –¡Ceñidme! de eclípticas azules.