**Sanación en la Naturaleza**
En el corazón del bosque, donde la luz se filtra suave,
mi alma herida encuentra su cura, su clave.
Entre susurros de hojas y cantos de aves,
la naturaleza ofrece el refugio que sabe.
Cada árbol, un guardián de sabiduría silente,
sus raíces profundas, un abrazo permanente.
La brisa fresca acaricia mi mente, y en su frescor,
mis penas se sienten ausentes.
Las flores, en su fragancia, historias de renovación,
sus colores vibrantes, una paleta de sanación.
En cada pétalo, un suspiro, una canción,
que alivia mi corazón con su dulce vibración.
El río murmura secretos de tiempos pasados,
su corriente, un bálsamo para los cansados.
Sus aguas cristalinas, reflejos dorados,
llevan mis tristezas a lugares olvidados.
En la vastedad del cielo, encuentro mi paz,
las estrellas, guías eternas, en su eterno compás.
La luna, con su luz suave, mi espíritu abraza,
y en su brillo, mi alma reposa y se desplaza.
Las montañas, majestuosas, me enseñan a resistir,
sus cumbres, metas que me invitan a persistir.
En su roca firme, mi fuerza vuelvo a sentir,
y en su grandeza, mi ser vuelve a latir.
La naturaleza, con su poder sanador,
cura las heridas con su amor incondicional.
En su abrazo, encuentro mi verdadero valor,
y mi alma renace, libre y primordial.
En cada rincón de este mundo natural,
mi espíritu encuentra su espacio vital.
La sanación llega, lenta pero real,
en la conexión profunda, esencial.
