Prosa Poética y Poesía
Vivir bajo la influencia de la poesía es buscar siempre algo mágico. Algo que está más allá de lo que uno tiene a mano. Es del orden de la maravilla porque esa voz escrita u oral del poema puede atravesar cinco siglos o cincueta mil mil kilómetros.
Y allí, en ese viaje sin mapas ni brújulas, uno se encuentra desnudo ante lo eterno. La poesía, caprichosa y poderosa, no necesita permiso para erigirse en puente entre lo tangible y lo infinito. Cada verso, como un susurro en la bruma, se enreda en la conciencia, transformándola. Lo cotidiano se viste de extraordinario, y lo efímero adquiere la textura de lo inmortal.
Es un rito íntimo, la alquimia de convertir palabras en universos. La poesía teje hilos de tiempo y emoción, uniendo lo que fuimos con lo que soñamos ser. Porque, en su núcleo más puro, la poesía no promete respuestas, sino que ofrece preguntas con aromas a eternidad.
Es por ello que muchas personas no leen poesia, se quedan en su zona de comfort, es que cuando todo cae en inercia y se paraliza, viene la poesia y todo lo desordena, lo vuelve a la vida ....
