La sabiduría es luz serena,
es río hondo, es voz sincera.
Es el saber que el tiempo entrega,
con la paciencia por compañera.
No se alza en gritos, ni en engaños,
ni en vanidades que ciegan el alma,
más bien se viste de años y daños,
y en su reflejo, todo lo calma.
La inteligencia busca el sentido,
con lógica firme y mente despierta,
mientras la astucia, con paso torcido,
abre mil puertas, pero las cierra.
La astucia engaña con dulce sonrisa,
es sombra esquiva, velo fugaz,
cree que avanza con su premisa,
mas solo gira en su propio afán.
El sabio observa, calla y espera,
no necesita torcer caminos.
Sabe que el mundo solo revela
su esencia pura al buen destino.
Porque la sabiduría es inteligencia,
y en su equilibrio halla su paz.
Pero la astucia, vil apariencia,
finge el saber que nunca da.