Brilla en el alma con dulce esplendor,
clara centella que enciende el ardor.
Nace en la brisa de abril florecido,
canta en el pecho su tono encendido,
vuela en el aire cual beso furtivo,
crece en la risa del tiempo florido.
Baile de sombras despierta la luna,
llama dorada que nunca se esfuma.
Canta la gaita su alegre fulgor,
sueño que danza con tibia fortuna,
eco perenne de eterno amor.