Eres un ardiente sol en la mañana,
fuego y luz en un solo fulgor,
destello que rompe la sombra temprana,
brisa que arde con dulce calor.
Llevas el alba en tu piel dorada,
el viento susurra en tu caminar,
y en cada palabra tu voz encarnada
es canto y relámpago en un mismo altar.
Eres hoguera que nunca se apaga,
luz incansable de amor y pasión,
tierra y tormenta, ola que embriaga,
alma de fuego, fulgor y canción.
Si el mundo oscurece, tú sigues brillando,
estrella indomable, eterna verdad,
con cada latido sigues quemando
las huellas del miedo, la sombra y la edad.