Oh, cómo el alma canta en tu presencia,
susurros nacen dentro de mi pecho,
mi piel florece al roce de tu esencia,
y todo encuentra luz bajo tu techo.
Eres la llama que en mis noches arde,
la voz que arrastra sueños hasta el río,
y aunque mi amor por ti nunca se guarde,
eres misterio, sombra y desafío.
Tu nombre flota como un verso escrito,
sin voz se eleva, danza en el vacío,
y en él descubro todo lo infinito.
Mas tú, tan quieto, vas marcando el día,
¿serás el eco que mi ser ansía?