En este día tan especial,
celebramos a nuestra madre Tierra,
con amor y gratitud sin igual,
por todo lo que nos da y nos entierra.
Desde el amanecer hasta el anochecer,
ella nos brinda su belleza y su sustento,
nos regala su aire puro y su agua cristalina,
y nos cobija con su manto verde y alimento.
Pero ¿qué hemos hecho nosotros a cambio?
¿Acaso la hemos cuidado con esmero?
O la hemos herido y causado daño,
con nuestro egoísmo y nuestro desprecio.
Es tiempo de despertar y tomar conciencia,
de que somos parte de esta gran creación,
y que nuestras acciones tienen consecuencias,
para la Tierra y para las generaciones.
No es tarde para cambiar el rumbo,
y hacer de cada día el día de la Tierra,
cuidando sus bosques, mares y cielo azul,
y respetando su flora y su fauna tan bella.
Hagamos de cada día un día de amor,
por nuestra madre Tierra y todo lo que nos da,
con pequeñas acciones podemos hacer un gran favor,
y juntos construir un mundo mejor y más allá.
Así que en este día de la Tierra,
recordemos que ella es nuestro hogar,
y que cada uno de nosotros tiene la tarea,
de cuidarla y protegerla sin descansar.
Es tiempo de honrar a la Tierra,
con nuestro amor y con nuestro actuar,
porque solo así podremos crear,
un mundo más verde y sano para habitar.