Corazón Cava Trincheras
Un muro frío se levanta,
de piedra y silencio hecho,
el corazón, desprotegido, ha callado,
y en su trinchera se ha metido.
Las emociones, ya cansadas,
de luchar en vano han decidido
que la soledad es mejor que el daño,
y en la trinchera, sin batalla ni espada,
el corazón se ha atrincherado,
buscando en sí mismo un nuevo armisticio.
Los recuerdos, cual metralla,
golpean aún su coraza,
mas la tristeza no lo acorrala,
ni el dolor su paz amenaza.
En la trinchera, la calma impera,
aunque a veces la lágrima traza
un camino en su rostro cansado,
el corazón, ya no se desespera,
pues en su trinchera se ha encontrado,
y en su silencio se ha fortalecido.
No hay espacio para la traición,
ni para promesas vanas,
el corazón, en su guarnición,
se cura de las viejas magulladuras.
La soledad, su única compañía,
le enseña a vivir sin ataduras,
a valorar su propia valía,
y a construir, con nuevas estructuras,
un futuro donde la alegría
pueda entrar sin pedirle permiso.
Mi corazón se ha atrincherado,
es cierto, se ha vuelto más precavido,
pero no está muerto ni derrotado,
solo se ha vuelto más decidido
a proteger su propia morada,
a no entregar las llaves a un desconocido,
a esperar paciente en su almenada
trinchera, hasta que un amor, ya conocido,
logre traspasar su empalizada,
y le devuelva la paz al corazón herido.
