Viento errante, sombra cansada,
pasos rotos sobre el asfalto.
El tren silba, la noche llama,
las estrellas me dan amparo.
Las fronteras son líneas muertas,
nombres secos sobre papel.
Pero en el alma todo es camino,
todo es río que va sin ver.
Una guitarra, un par de versos,
un fuego chico donde esperar.
Que el sol despierte, que el mundo gire,
que el alba traiga su libertad.