Apechugando el Daño
Ya el daño está hecho, la flecha ha volado,
las palabras hirientes, como dardos, han llegado.
Imposible volver, el tiempo no se para,
solo queda el eco de lo que se ha derramado.
A lo hecho pecho, dice el viejo refrán,
aceptar las consecuencias, aunque causen aflicción.
Enmendar el error, si es que se puede aún,
y aprender la lección que la vida nos da.
Levantar la mirada, aunque el alma esté rota,
recomponer los pedazos con paciencia devota.
El pasado no cambia, es historia ya escrita,
pero el futuro se moldea con la frente erguida.
A lo hecho pecho, valentía y perdón,
reconstruir la confianza, sanar el corazón.
Cicatrices que quedan, marcas de la caída,
recordatorio constante de la lección aprendida.
A lo hecho pecho, seguir el camino,
con la frente en alto, sin miedo al destino.
Que la experiencia amarga sea maestro certero,
y que el alma, más fuerte, vuelva a renacer primero.
