En la sombra fría, su risa me hiere,
un eco distante que nunca se apaga,
mi corazón grita lo que él no quiere.
Sus ojos brillantes, mi luz, mi deber,
pero en sus sueños, mi voz se despliega,
en la sombra fría, su risa me hiere.
Cada susurro, un dolor que se aferre,
mi amor es un río que nunca se entrega,
mi corazón grita lo que él no quiere.
Soy un navegante en un mar de desaire,
una flor marchita que nadie despliega,
en la sombra fría, su risa me hiere.
Y sigo amando, aunque el alma se quiebre,
en un mundo gris donde el amor se niega,
mi corazón grita lo que él no quiere,
en la sombra fría, su risa me hiere.