Mi alma, un dolor que me atormenta,
mi corazón, un pozo de heridas.
La vida me ha dado golpes violentos,
que han dejado mi espíritu abatido.
Mis sueños, otrora brillantes,
se han marchitado como flores secas.
Las esperanzas, un espejismo distante,
que se desvanecen en las noches huecas.
Las lágrimas brotan de mis ojos,
como un río que no encuentra reposo.
El dolor desgarra mi ser,
dejándome vacío y desolado.
Busco consuelo en el vacío,
pero solo encuentro más tormento.
Mi alma, un páramo yermo,
mi corazón, un espectro sin aliento.
Anhelo un bálsamo que sane mis heridas,
un refugio donde pueda encontrar la paz.
Pero el destino parece cruel e implacable,
condenándome a un sufrimiento sin fin.
Oh, alma mía, tan herida y dolorida,
¿cuándo cesará este tormento?
¿Cuándo podré encontrar la luz,
que ilumine mi camino y me de aliento?