Cuando el alba despunta en la alborada,
se avivan los recuerdos en mi mente,
susurros del ayer, luz inclemente,
que torna mi razón en desvelada.
La patria en su dolor se ve postrada,
su historia sigue fiel, aunque doliente,
y en páginas de sangre, aún presente,
se alza con voz de mártir olvidada.
Mas nunca ha de morir su fiel empeño,
pues vive en la mirada del que espera
romper la amarga sombra de su sueño.
¡Oh tierra inmortal, gloria sincera!
Tus hijos forjarán un nuevo dueño,
y el sol será tu luz, firme bandera.