Por sus venas corre la agonía de un amor no correspondido, cuyo veneno alimenta letalmente a su corazón, que se encuentra herido, destrozado, totalmente adolorido
Mañanas tristes, tardes grises y noches de espesa soledad acompañan aquel fantasmagórico ser,
queriendo olvidar la desdicha de haber conocido la delicia de los falsos besos y caricias de aquella ingrata y nefasta mujer.
Ha levantado su voz de protesta, recitando alguna que otra plegaria en busca del olvido pero su terco corazón se resiste a olvidarla,
no entiende el daño fatal que le causa en su ser, cuando al llegar a su melancólica habitación tener que recordarla.
Ahí está una cama vacía, rogando en silencio por su regreso, anhelando con desmedido afán su presencia,
las sábanas están llenas llenas de su fragancia, y en sus almohadas aún esta latente su esencia.
Pero se resiste, y no quiere ser un mártir y no prolongar mas la angustia de esperar el regreso un ingrato y nefasto amor,
el tiempo será su aliado de levantar su ser y despojar a su alma, de este inmenso dolor.