Un pagano triste, preso de su libertad, buscaba el salvador que justifique su bondad así le contó a los propios
Que raro este reloj de arena mientras menos lo miro, más se me acelera Sobrado lo golpee para apurarlo y así, su polvo atemporal
La liebre y su ojo marginal ve un depredador en el rival por lo que ansiosa va a escapar incluso de quien la quiere acobija… Sin que la puedan encontrar
Que raro, horas han pasado desde mi última comida, pero no hay apetito que comer me pida