El Rubáiyát de Omar Khayyám: 15
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Ni el que su oro guardara con sórdido decoro,
ni los que 10 arrojaron al viento cual la lluvia,
ninguno fue enterrado como ceniza de oro
para incitar las ansias de exhumar su tesoro.
Traducido por Joaquín V. González, de la versión inglesa de Edward Fitzgerald.