¿En la vara de Moisés, el de la cabeza flamígera, o en aquella humilde, reseca piedra del desierto? ¿O estaba, desde antes, en la enfebrecida sed, capaz de fecundar arroyos en cada pied...

Siempre, amor: Por arriba del beso que fué comida de gusanos y de la rosa que se pudre, cada mañana azul, en la caja del m…

La niña ciega quiere saber cómo es el mar: Desde la orilla tiende su mano

En cada grano de arena hay un derr…

No te nombro; pero estás en mí com… aunque no esté cantando.

¿Ves?: Tengo sangre en las venas... En estas venas verdes, frágiles que se enredan

Hay en ti la fatiga de un ala much…

Si dices una palabra más, me moriré de tu voz, que ya me está hincando el pecho, que puede traspasarme el pecho como una aguda, larga, exquisita e…

El mundo entero se me ha quedado v… hombres que se olvidaron de llevar… Sola estoy en esta vasta tierra, s… animales que tampoco los hombres n… que no creen necesitar.

Isla mía, ¡qué bella eres y que du… Tu mar es el último refugio de los… Vértebras de cobre tienen tus serr… Descanso de gaviotas y peireles, a… Sigues siendo la tierra más hermos…

Te digo que sigas tu camino sin el temor de perderme. Te digo que has de encontrarme cuando vuelvas, aunque tardes mil años. Pues que eres débil y te empuja la vida, ve donde te lleve. ...

Los juegos de agua brillan a la lu… como si fueran largos collares de… Los juegos de agua ríen en la somb… y cruzan y cintilan dibujando radi… garabatos de estrellas...

Viendo volar las criaturas que el Hacedor dotó de semejante privilegio, el alma se me llena de esos celos obscuros que se dan muchas veces entre hermanos. Pienso que hay tantas alas en ...

Era buena la Vida: Había rosas. Unos minutos antes me había sonreí… Pasó volando y me rozó la frente. No sé por dónde vino