#Cubanos #Matanceros #Mujeres #ParaNiños #SigloXX
Nombres tuyos, nombres míos, que recibimos de ayer como el agua de los ríos y que debes conocer: Bejucos de la Perdiz,
La Sierra Maestra ¡tan alta, tan grande! ¡tan brava, tan bella! De roca para el tirano; para el patriota, de miel.
En su casa de hojas despierta el pájaro porque, anunciado el día, se entona el gallo. Canta seguido,
A la gallinita ciega ayer tarde la curé: puse en aguas tres vicarias y los ojos le lavé. Hoy paseó con sus pollitos
Los pinares de la Isla por la costa van creciendo: quieren echarse a la mar y volverse marineros. Y las toronjas maduras
Al mediodía, cristal el agua, cristal las hojas, cristal el día. Cristal, cristales,
En el mar se ve a Camilo sobre un caballo lucero; viene al frente de la tropa, de capitán del recuerdo. Trae ejércitos de rosas,
La garcita campesina polainas de tierra y alitas de harina. Pañuelo al viento se ve la garza.
El cielo es un espejo y la gaviota suelta su vela blanca desde la costa. Marinera del aire,
Caperucita Roja, juega conmigo: yo seré un día lunes y tú domingo. Juega conmigo:
En la casa que recuerdo, en la casa, entre el naranjal y el cielo: plátano indio, plátano congo,
EL día, una rosa blanca. La noche, un caballo negro. (La tarde, una mariposa que ha detenido su vuelo.)
Zapatero de mi pueblo: usa clavitos de plata en el par de botas nuevas que quiero para mañana. Han de ser de cuero rojo,
En la Sierra Maestra, con el paisaje, se alzó su vide noble, creció su sangre. Sembrador, guerrillero,
En el pozo viejo el sapo se baña; la luna, traviesa, se mete en el agua. En el pozo nuevo