La tienda de la noche se ha rasgad… Tu espíritu amanece maravillosamen… su luz penetra en mi alma como el… —Pleno sol. Llueve fuego. —Tu amo… afelpada de musgo, el arroyo, la f…

A ti vengo en mis horas de sed com… límpida, fresca, mansa, colosal... y las punzantes sierpes de fuego m… en la corriente blanda y poderosa. Vengo a ti en mi cansancio, como a…

Pupila azul de mi parque es el sensitivo espejo de un lago claro, muy claro!... Tan claro que a veces creo que en su cristalina página

Porque haces tu can de la leona más fuerte de la Vida, y la aprisi… la cadena de rosas de tu brazo. Porque tu cuerpo es la raíz, el la… esencial de los troncos discordant…

Yo creí que tus ojos anegaban el m… Abiertos como bocas en clamor...… que un corazón partido en dos troz… parecieron... Fluían de tu rostro… como dos manantiales graves y vene…

Vibre, mi musa, el surtidor de oro la taza rosa de tu boca en besos; de las espumas armoniosas surja vivo, supremo, misterioso, eterno, el amante ideal, el esculpido

Preparadme una barca como un gran… La llamarán “La Sombra” unos, otr… No ha de estar al capricho de una… Yo la quiero consciente, indominab… La moverá el gran ritmo de un cora…

Cerrar la puerta cómplice con rumo… deshojar hacia el mal el lirio de… —La seda es un pecado, el desnudo… y es un cuerpo mullido, un diván d… Abrir brazos... así todo ser es al…

En el balcón romántico de un casti… que los ojos suspensos de la noche… una figura blanca hasta la luz...… bajo el balcón romántico del casti… un cuerpo tenebroso... Alternándos…

Engastada en mis manos fulguraba como extraña presea, tu cabeza; yo la ideaba estuches, y preciaba luz a luz, sombra a sombra su bell… En tus ojos tal vez se concentraba

Hoy han vuelto. Por todos los senderos de la noche… A llorar en mi lecho. ¡Fueron tantos, son tantos! Yo no sé cuáles viven, yo no sé cu…

A veces, cuando el amado y yo soña… como el acecho de un sonido insóli… siento como si su alma y la mía co… que tierras nunca vistas, en un ra…

¡Tengo sed, sed ardiente! —dije a… me ofreció de sus néctares. —¡Eso… Luego, una rara fruta, con sus ded… exprimió en una copa clara como un… y un brillo de rubíes hubo en la c…

Hoy, en una mano burda instintiva,… Parecía vivo y doloroso como un es… Vi fluir de su luz una sombra tan… en manos deformes...

Hace tiempo, algún alma ya borrada… Se nutrió de mi sombra... Siempre… el abanico de oro de su risa se ab… o su llanto sangraba una corriente… alma que yo ondulaba, tal una cabe…