Después de caminar
un tiempo,
he parado a mascar la vida
Me aterra el vacío de las rotondas
que solo dan ansiedad,
odio la torre sin propósito,
y mejor no hablar de las filas.
Ojalá tuviese la brisa
que reafirma el placer
al encontrar una arboleda
Ahí quiero vivir
tranquilo,
dispuesto a sentir.