Mientras me ataca la monotonía  

a mi mente viene tu fotografía

tu sabia imagen quiero retener.

Lucho iracunda  contra la realidad,

me niego a creer que no te volveré a ver

pero la distancia me hiere sin piedad.

Cual visión veo tu rostro desaparecer,

y me inunda el dejavú de tu ausencia,

la noche avanza, siento desfallecer.

lloro, mi alma te llama con urgencia

las horas se burlan de mí, que brutal es el tiempo

miro al cielo buscando no sé si respuesta o esperanza

tal vez solo te busco a ti,

tal vez sólo sueño con mirarte en el azul cielo,

mientras lo miro me siento tan débil,

siento que mi espíritu podría desfallecer con un solo  golpe de la brisa

creo que ya de mí huyeron la felicidad y la risa,

tus abrazos hacían que como un niño seguro

caminara yo por la vida

tus palabras eran como manuales de vida abiertos

cada vez que mi alma inexperta tocaba fondo,

sólo una mirada bastaba para que me hablaras,

a veces con paciencia, a veces con arrogancia,

con indignación como quien en una guerra,

instruye al soldado y con entereza le dice: Ni un paso atrás

me acariciaste tantas veces

cuando mi corazón languidecía en el polvo

cuando la soledad tocaba a mi puerta,

tu la echabas,

tu sonrisa contagiante aún sigue conmigo,

aún escucho el eco de tus recuerdos,

los cuales no paran de hablarme y decirme

que debo luchar por tí,

que tus lágrimas no sean en vano me dicen,

sé muy bien cuanto sufriste,

yo sólo le pido al Señor, que me dé fuerzas

para empezar de nuevo

está vez sin tu presencia,

esta vez  eh venido lejos, cual forastera,

duele saber que al alejarme

estiraste tu mano hasta que ya no me alcanzó,

lloraste como si te hubiesen abierto el corazón en un sólo instante

yo fingí ser fuerte, créeme lloré como nunca