Antes, todos los años, Primavera,
engalanabas mi jardín con flores,
cuando la juventud para mi era
un hada que me hartaba de favores.
Como ahora no tengo quien me quiera
y ya están mustios todos mis amores,
ya no visitas mi jardín siquiera
como ayer en mis épocas mejores.
Último abril de mis floridos años,
vivido entre crueles desengaños,
cuando en la senda del Edén anduve.
Haz que florezca hasta el rosal más pobre
para depositar sus rosas sobre
la tumba del postrer amor que tuve.