En un mundo que prima al egoísmo
más cerril y salvaje de la historia
vivimos sin tener escapatoria
que no sea caer en el abismo.
Culpable es el maldito progresismo,
como también la falta de memoria
y esa tan extendida y vil escoria
que trata de extender el pasotismo.
La solidaridad que antes había
ya pasó a mejor vida por desgracia
y así nadie por nadie se interesa
si no es por su interés y cada día
y entre sí, ya la gente más se espacia
por esa religión que ahora profesa.