De amor prohibido tengo el alma llena,
lo llevo oculto y bien disimulado
y tengo por lo mismo tanta pena
como jamás me hubiese imaginado.
De compañero inseparable viene
conmigo a todos lados sonde vaya
y la fuerza tan grande que contiene
le hace que a veces pase de la raya.
Hasta los suyos se me van los ojos
con mirada repleta de dulzura
y veo de su cara los sonrojos
que aumentan de la misma su hermosura.
Si pudiese besarla, mi alegría
hasta el mismo infinito llegaría.