Claudio Castro Ruminot

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Por Claudio Castro Ruminot.

Salieron juntos a caminar, no se conocían ni sabían hacia donde iban, pero uno confió en el otro y caminaron.
El camino estaba complicado, trocos y arroyos se cruzaban, por lo que él decidió tomar su mano y sin intención de nada solo caminar a paso firme entrelazo sus dedos con los de ella y continuaron. Aunque mejoro el sendero, ninguno quiso soltar al otro y como estaban continuaron...
El frio los atrapó y no bastó con la campera que él le entrego para apaciguarlo, se dieron cuenta que lo único que mantenía el calor eran sus manos entrelazadas y se abrazaron...
Ya no importaba el frio ni el calor, era agradable sentir al otro, ella se sentía protegida y a él le agradaba la suavidad de su piel, el aroma de su pelo y la calma que le daba el caminar al paso de ella...
Él quería llegar lejos,  ella solo caminar, así que él la soltó para llevar su paso, su ritmo... ella se cansó, así que él le dijo que correría para ver que había más allá y en su cabeza pensaba que si se había encontrado con ella, podría encontrar a otra que quisiera llegar mas lejos y más rápido... claro eso no se lo dijo,  le pidió que siguiera avanzando que él volvería por ella.
Corrió pero se canso pronto, pero aun caminando a su paso, avanzaba mas rápido que con ella, así que continuo...
Llego a un lugar donde podía ver mucho más allá y se dio cuenta que era todo igual, no había más que buscar, que era más de lo mismo.
Entre ansioso y desesperado corrió de vuelta para contarle que el camino que seguía  era tan lindo como lo que habían recorrido juntos... que no la volvería a soltar, que el haber llegado mas lejos no supero lo agradable del calor de su mano y del aroma de su pelo, que no encontró otro abrazo que le diera calor, que la extraño, que no volvería a soltarla, que caminar de la mano o abrazado era mejor que caminar solo.
Llego hasta el lugar donde se separaron y si ella avanzo ¿Por qué no se la topo?
Miro hacia todos lados y se dio cuenta que no había un solo sendero así que decidió tomar otro camino para encontrarla...
A ella le dio frío... no quiso caminar sola y se devolvió.
Disfruto caminar de vuelta y ver los lugares por donde había pasado con él, donde se dieron la mano, donde el le ofreció su campera y solo deseaba una cosa, que ojalá él estuviera bien mas adelante...
Él desesperado corría buscando, porque lo único que quería era volver atrás... se arrepintió para siempre

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