En mi rol dentro de tu vida
seguiré de largo mientras pidas
que sólo mire en ti lo que conozco,
te diré sólo que pierdo
unas cuantas horas nada más
y la paga de tenerte como un sueño;
te dejaré vivir, lo juro,
te alentaré a seguir como eres,
me haré de humo para no invadir
tus profundos sentimientos;
te tomaré en cada ocasión que me permitas
conocerte en lo que mejor conozco de ti,
me harás tuyo como uno más, mientras tanto
y mientras quieras,
sin prueba alguna de que algún día
me mires como te miro yo...
Me dejarás el corazón, abierto
sin lágrimas, ni temor alguno
por decirte lo que causas y no crees,
dormitará en tus manos
por un tiempo razonable
hasta un punto que te des cuenta
o lo abandone y tire la toalla...
En tu rol de amor fugaz
te puedo asegurar que no esperaba
sentir esto que siento por ti;
me dirás que es tiempo
lo que da valor a todo y el sentido
al encuentro programado
entre tú y yo;
te haré vibrar al estar en ti
y entregaré de mi lo que tanta ansiedad
te haga desear beberte, comerte,
sentirlo en tus entrañas,
en tu piel, en tu mente,
en tu cama;
te abrazaré la mano cuando haya pánico
y la soltaré cuando me vaya
junto a mi fuente de éxtasis
vertida sobre ti...
Te dejaré en los labios un beso
sin sueños, ni intenciones,
te arrullará de noche y estoy seguro
que tarde o temprano
emanará de ti como un capullo
para ambos y para nadie;
como un recuerdo de esos
que no importan, que se evaden,
que aparecen como duda,
y van, como extraños por la calle
desvaneciéndose entre otros,
ignorándose como menos,
deambulando como espantos
que de noche y a solas
te aterran, te causan llanto,
y no querrás sentir.