Cansado de esperarte, sin esperanzas,
lloré de alegría y bailé de tristeza.
Viví un martes sin pensar en el miércoles, sin embargo,
te carcomiste tu conciencia
bajo la desdicha de esa asaz influencia.
Un par de influencias más nos acompañan hoy
e hicimos que nuestro dolor se vuelva indoloro;
una sonrisa y tres palabras bastaron.
¿Será que te importó el rescate del resto?
¿Será quizás que hoy reíste por herirnos?
Un par de maldiciones nos acompañan hoy
haciendo que se te haga imposible maldecir,
haciendo que tu tenue vela se convirtiera en una fulgurante llama.
Un par de penas cierran nuestro ciclo.
¿Serán tus huesos los que comieron tu carne?
¿Serán tus óbitos los que comieron hoy nuestras,
ahora parvas, oportunidades de reír?
Solo se que hoy y siempre quedarán
influencias, maldiciones y penas
que te acompañarán en tus lóbregos momentos,
solo nos quedará aguantar.