Dioses Buenos, Amistosos y Justos
Diversas Facetas de un Rostro Aterciopelado - 2022
Grandeza deleitada entre las nóminas,
entre guerras y dolor apasionando la cicuta,
que estrangula tu sabiduría,
es de esa azás injusticia que un zar logra competir.
Busca detallando una religión,
entre proverbios y hechos un tanto confusos,
lo aterra llegar al génesis.
Las trompetas del apocalipsis te aturden al llegar,
sabes con certeza, casi profunda, que nadie alcanzará la manzana,
o al menos, nadie tendrá el valor de desafiar a un vil dios.
La espera del suspiro final se hace interesante
con el encuentro de dioses buenos, amistosos y justos,
que porfías hallar, pero que esperanza muerta,
será despertar con mil óbitos extraños,
será ver la ciudad ardida (o apagada entre escombros).
Envuelto entre cenizas dormitas hoy,
exhausto de fantasear con un beso
en despertares ajenos, o un abrazo,
un simple y amistoso abrazo que
al fin te muestre serenidad.
Dioses buenos, amistosos y justos, ampararon tu regreso.
Ante tus ojos atormentan tu mente,
aleja esta tarde al caballo comandante,
deja racionar tus destrezas entre pan y vino;
descuida que, al menos que te invada la obviedad al pestañear,
no te aguardaran maderas y clavos, o un puñal en tu costilla.
Resguarda tu humedecido sahumerio,
despabilando mentes en el manantial,
nunca esperes la mano de tus dioses,
nunca esperes dar la mano siendo un dios.
