MOISÉS
Cuando la estéril roca, por tu fe golpeada,
inunda las arenas, con gotas de cristal;
se forma la corriente del sacro manantial
que indica los senderos a la tierra sagrada.
El príncipe no pudo con su flecha y su espada
detener el desfile, de la fuga triunfal,
de un pueblo que clamaba poner punto final
a un abyecto camino de vida esclavizada.
Las Tablas de las Leyes, no fueron suficientes
para borrar pecados: ¡bramidos del becerro!,
que paganas creencias le otorgaban virtudes,
y vecinos ignaros, sembraban en sus mentes.
Por eso cuando baja colérico del cerro,
con verbo furibundo fustiga a multitudes