Las horas lentas del desvelo, café y tabaco para ahuyentar los minutos. Contrarremedios. Dolor de cabeza y yo sin paracetam… Decido escribir este poema
Esquelas hasta las once de la noch… Yo me quiero morir de madrugada y que mañana macabros os enteréis. ¿Me permitirá Señor Esquelador un… licencia o más bien
Entre el verdor de las hojas siempre verdes y el crujir de aquellas otras
Como una limosna de acero me guiñas un ojo para reírte de mí, y eso duele, que no, que es broma, que a mí no me pasa ni eso, yo soy un inadvertido, feo, tonto, digo yo, y pensar que ant...
Cuando intrigan Entre ellos Cuando se reúnen Para programar El calendario
Todo lo puede el cauce de un mar que envuelve las olas, i… sueños de magia, de reyes oriental… Palacios de hielo, o de cristal, d… no me acerco, esculpidos en las ro…
Constante de luz y de agonía voy a… los caminos, esos luceros de miel… revolcándose por el suelo dicen ti… y acaso la corriente abre las puer… ojos negros, en que pensáis si yo…
Johnny Thunders se cayó del caballo, recuerda muy bien los nombres y la primera herida fue mortal. Ahora,
Kate Waters bebía por el río el zumo de limón en la corriente, sobre el cuello
Una criatura de Dios me zumba en el oído, estoy agradecido. Por la música de la naturaleza dán… un abrazo con el latido de un mosquito, gracias grande paz donde
Árboles que crecéis en la floresta recios y robustos, donde habéis di… gobernar hoy. Qué natividad de fresca umbría es… por la que camino, que senda inexp…
Y solo se escucha la voz del mar atrapando mi silencio, en el baile… Quisiera ser efímero como la espum… y dejar mi sentencia en la orilla de una playa desierta,
Me pregunto y es una pregunta sin… cuantos poetas habrán mojado sus l… en tinajas de vino, para consumar la unión sexual con el poema. No e… asentamiento que se acaricia en un…
Tan solo un segundo le basta al po… Deshazte en elogios para con tus t… No encontrarás una pena que no hal… El traje del bien es imperfecto, q… Los pecados de los hombres son las…
Se deja lanzar la flecha en manos del arquero como deseo de plumaje aguarda pacientemente, sosegado, este certero tirador,