No de agua, de miel, será la últim… gota de la clepsidra. La veremos resplandecer y hundirse en la tini… pero en ella estarán las beatitude… que al rojo Adán otorgó Alguien o…

No he leído (nadie ha leído) todos los comentarios dantescos, pero sospecho que, en el caso del famoso verso 75 del canto penúltimo del Infierno, han creado un problema que parte de una...

En 1897 la disparó contra el presidente del Uruguay un muchacho de Montevideo, Arredondo, que había pasado largo tiempo sin ver a nadie, para que lo supieran sin cómplice. Treinta años ...

El seis de febrero de 1829, los montoneros que, hostigados ya por Lavalle, marchaban desde el Sur para incorporarse a las divisiones de López, hicieron alto en una estancia cuy...

En el santuario hay una espada. Soy el segundo sacerdote del templ… Otras comunidades veneran un espej… Creo que se eligieron esas cosas p… Hablo con libertad; el Shinto es…

Las traslúcidas manos del judío labran en la penumbra los cristale… y la tarde que muere es miedo y fr… (Las tardes a las tardes son igual… Las manos y el espacio de jacinto

La vejez (tal es el nombre que los… puede ser el tiempo de nuestra dic… El animal ha muerto o casi ha muer… Quedan el hombre y su alma. Vivo entre formas luminosas y vaga…

¡Cuántas cosas iguales! El jinete… la tradición de espadas, la plata… el piadoso benjuí que sahúma la al… y ese latín venido a menos, el cas… ¡Cuántas cosas distintas! Una mit…

Como quien recorre una costa maravillado de la muchedumbre del… albriciado de luz y pródigo espaci… yo fui el espectador de tu hermosu… durante un largo día.

La trinchera avanzada es en la est… con gallardetes de hurras mediodías estallan en los ojos Bajo estandartes de silencio pasan… y el sol crucificado en los ponien…

Las calles de Buenos Aires ya son mi entraña. No las ávidas calles, incómodas de turba y ajetreo, sino las calles desganadas del bar…