Los álamos están como soñando,
quietos en la dulzura vespertina;
bajo la rutilancia mortecina
del sol la fronda muda está soñando.
Todo está mudo como siempre cuando
la ilusión de las formas se termina;
y el aire, hecho silencio, disemina
la paz letal de los que están soñando...
¡otro día que pasa y no la viste!
Ayer tampoco y así siempre. El día
como una hoja seca cae del cielo.
El día pasa y caminante triste
todo se lleva en triste compañía,
que triste compañía es mi consuelo.