¿Por qué será que le dice la verdad en sus cinco instantes más vulnerables?
A punto de dormir junto a él
En el amanecer solitario
Cuando hace café
Después de escuchar canciones lentas
En la regadera.
Nunca antes, nunca después.
Justo cuando siente cómo se debilita, surge el arrebato por mencionarle la más fantástica, angustiante, placentera y hórrida verdad: “te quiero”.
Te quiero.
Aquí, allá
Despacio, lento
Ya hace un tiempo
Frente a mí, junto a mí
A carcajadas o sollozos
En la oscuridad
Continuamente
Sin máscaras ni pretextos
En el café,
Bajo la lluvia
Dentro de eternas caricias
A pensamiento
En el punto medio
En efecto,
Desordenadamente
Te quiero.