#EscritoresEspañoles (Puebla de mujeres)
¡Quién tuviera la zuerte… que tiene la luz que ze apaga y ze quea donde duermes tú!
Al hombre yo lo comparo con un barquito de vela, y a la mujer con el aire, que a donde quiere lo lleva.
Estoy como la que tiene una venita de loca: quiero olvidarte, y te busco en cuanto me dejan sola.
Todas las flores der campo ze han puesto er traje de gala, y tambien er zó se ha puesto zu corana de oro y plata. En er cielo está la luna
Esta noche mando yo, mañana que mande quien quiera: esta noche he de poner por las esquinas banderas.
Nos hacemos ilusiones… de separarnos tú y yo, y hay un hilito invisible que nos amarra a los dos. Tienes una boca
Tengo en mi huerta una rosa primorosa, rosa de pitiminí; y oye chiquilla preciosa, una cosa,
Tengo unas calabazas puestas al humo; ar primero que pase se las emplumo.
La marisma se llena del sol de Mayo y recibe a la Virgen bajo su palio. Y el sol la besa
Nacimos entre espigas y olivares. El uno esperó al otro en la lactan… y en el primer pinito de la infanc… ya escribimos comedias y cantares. Después… libros y novias y billare…
Ha dicho un célebre autor que en cualquier juego de amór, ya dificil, ya sencillo, como entre a jugar un pillo... ¡el pillo es el ganador!
La acción, en Andalucía Sevilla, calle Alminar. Salita fresca y sombría; menaje de buen pasar; hora, la del mediodía.
No sé como no florecen las tejas de tu tejao, estando tú ebajo de eyas, primaverita de Mayo
Tersa, alegre, blanca y fina… en apariencia es igual la nieve a la sal marina. Dime tú, Nieves divina, si eres nieve o eres sal.
El ideal del cariño: encontrar una morena graciosa, bonita y buena: casarse… y tener un niño